Los tres hijos de Raúl Alonso y María Luisa López comen en su colegio, el República de Paraguay, al norte de Madrid. Las becas (de las que se beneficiaban 112.000 familias) cubrían hasta el pasado curso unos 30 euros al mes por niño, un tercio del coste del comedor. Para el curso que viene, aún no saben si tendrán ayudas.
Raúl Alonso, que trabaja mañana y tarde y no podría pagar a sus tres hijos los precios completos del servicio, asegura que prefiere recortar a la mitad su jornada de limpiador o la de su mujer en ayuda domiciliaria para llevarse a los niños a casa antes de pagar más por el servicio completo o por la tartera. Juntos ingresan 1.500 euros. “No sé quién dará las garantías de que esa comida se ofrece a los niños en las condiciones adecuadas ni cómo sabré que mi hijo se toma lo que yo le mando”, argumenta.
A un mes del inicio escolar, las dudas de este y otros padres no están resueltas. La medida afecta a los 791 centros públicos de Infantil y Primaria, con 324.000 alumnos, pero no a los concertados ni a los privados.
El consejero de Economía y Hacienda, Percival Manglano, ha asegurado este martes que serán los consejos escolares (los órganos de decisión de los centros) quienes determinen si las familias que llevan comida de casa tendrán que pagar. Cataluña cobrará hasta tres euros al día y
Menos dinero para becas
La Comunidad de Madrid destinó 29,3 millones a becas de comedor el curso pasado, con 112.000 beneficiarios de las ayudas de 525 y 275 euros por alumno y curso.
Para el próximo curso, la partida de becas de comedor y libros, de 59,3 millones, se recorta en 26 millones. Es la cifra que aportó la Consejería de Educación sin disgregar por modelos en el nuevo presupuesto aprobado en julio. En el caso de las becas de libros, se sustituyen por un sistema de préstamo en los centros.
“Si
El texto, que ya ha recibido el visto bueno del Consejo Escolar de Madrid, señala que las familias con alumnos que necesiten menús especiales (a excepción de los reservados a los niños celiacos, protegidos por una normativa nacional) llevarán comida de casa y sus familias deberán abonar “el coste relativo a la utilización del comedor y a la atención educativa” sin especificar tampoco cuál es este coste y por qué se fija solo para este grupo.
CC OO,
El consejo de directores de colegios públicos ya rechazó que se permitiera el uso generalizado de fiambreras en la reunión que mantuvieron el pasado julio con la consejera Lucía Figar. Alegaron motivos organizativos y de seguridad y salieron de la reunión convencidos de que no se aplicaría.
La directora de un colegio madrileño, que pide anonimato, señala las dificultades para almacenar estos alimentos y organizar los turnos de comedor (en algunos centros hay hasta tres distintos en función de las edades). Añade que los menús que ofrecen los colegios pasan controles de
“Una familia con tiempo y recursos puede perfectamente preparar una comida adecuada”, considera Lucrecia Suárez, experta en Nutrición de
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