Izquierda Independiente es abolicionista. Por eso en el pleno de la semana pasada, votó en contra de una moción presentada por el PSOE que, teniendo el objetivo compartido de luchar contra la explotación sexual y tráfico de mujeres en nuestro municipio bajo el marco de una nueva ordenanza municipal, contenía entre sus propuestas que esa ordenanza contemplara “impedir la solicitud, negociación o aceptación de servicios sexuales retribuidos cuando estas conductas se lleven a cabo en espacios situados a menos de mil metros de distancia de centros docentes o educativos”.
A ojos de Izquierda Independiente esta postura que podríamos catalogar de “ocultacionista” no encaja con un propósito firme de acabar y erradicar la prostitución, ya que no busca perseguir su consumo y la trata de mujeres, sino sólo esconderlo y alejarlo de núcleos urbanos.
Por otro lado el Partido Popular, en clave regulacionista manifestó estar elaborando una ordenanza en la línea de la regulación de actividades de ofrecimiento y demanda de servicios sexuales sobre el espacio público, así como otras conductas relacionadas con la prostitución, sólo que velando –como proponía en PSOE– que dichas actividades no se realicen en zonas con presencia de menores.
Para Izquierda Independiente ambas posturas pretenden legitimar la prostitución, permitiendo que se siga adelante con este tipo de violencia hacia las mujeres sólo que de manera legal. Reglamentar la prostitución sería un regalo para proxenetas y el tráfico de mujeres.
Es por ello que para Laura Vallejo, concejala de Izquierda Independiente, “Estas posiciones son la confirmación de un modelo institucional que permite avalar un tipo de violencia que recae principalmente sobre mujeres desfavorecidas y excluidas socialmente. Reconocer un problema no debe llevar a regularlo o institucionalizarlo si esto supone su perpetuación. En Izquierda Independiente entendemos que la prostitución es la herencia de un patriarcado que ha impuesto su mentalidad y normas tanto sobre el cuerpo como espacio que las mujeres han de ocupar en nuestra sociedad, y es contra ello contra lo que hemos de trabajar. La prostitución, como una de sus peores expresiones, ha de ser combatida desde la deslegitimación y manifiesta ausencia de espacio de sus prácticas en nuestra sociedad”.