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Aguirre arregla la Educación a `tarimazos´

22/09/09. ¿Que la escasez es una característica casi estructural del Sistema Educativo madrileño?: no hay problema. ¿Que en plena crisis económica, la apuesta por una mejora en la formación del alumnado se ha convertido en una utopía?: todos tranquilos.

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En un “pis-pas” y al más puro estilo bricomanía, Esperanza Aguirre nos arregla los problemas de la Educación poniendo tarimas en las aulas, obligando a ponerse de pié a los alumnos cuando entre el profesor y dándole dignidad de usted al docente.

Aprovechando el debate generado en todos los medios de comunicación nacionales a raíz de los graves altercados producidos por un grupo incontrolado de adolescentes en Pozuelo, sale a la palestra la presidenta autonómica para aprovechando el tirón mediático lanzar a los cuatro vientos y sobre la marcha un paquete de medidas educativas, que cual bálsamo todo lo cure y todo lo sane.

Ha descubierto que lo mejor para el futuro de nuestros ciudadanos es ser formados en los centros de educación como antes, a la vieja usanza, donde el profesor estada investido de “autoridad” y se situaba siempre un palmo por encima de sus pupilos y sólo respondía si se le hablaba de usted.

Muchos tertulianos de mayor o menor altura intelectual o comunicativa en la materia educativa comentan hoy, sin mayor criterio, que ellos fueron en su momento alumnos no traumatizados (quién lo diría) de épocas pretéritas y por tanto “perfectos conocedores” de la realidad de la escuela de hoy, y que algo hay que hacer. ¿Qué sería de España sin ese impulso por hacer cosas aunque sea porque sí?

Esta ocasión no podía perderla la mediática derecha madrileña. Mientras, los que provocaban los incidentes eran los hijos de las clases populares, los del botellón en los polígonos, los antisistema del barrio de Gracia o de Malasaña, mal que mal; con un “no me gusta que salgas con esa gente, no me gustan esos barrios, no son para gente como tú” ya valía. Pero ahora que los hijos de las señoras y señores de provecho arrinconan a la policía nacional contra un muro, esos niños de flequillo largo que se han criado en los mejores colegios privados de Madrid, destinados como están, a dirigir el día de mañana las empresas que mantienen nuestro país con la mayor tasa de temporalidad de toda Europa en sus empleados, ahora no, no es suficiente.

Y ¿cómo lo arregla la señora Aguirre? Pues muy fácil. Para que se curen de esa epidemia de mala educación los "adolescentes bien" de Madrid. Lo mejor es que todos los niños de los colegios públicos de la Comunidad llamen de usted a sus “profes”, se levanten cuando entre y canten al unísono “buenos días señor profesor, ¿ha dormido bien señora profesora?”

Esperanza Aguirre y su séquito demuestran una vez más su gran desconocimiento sobre el mundo Educativo. Podríamos preguntarnos de qué sirvió su paso como titular por el Ministerio del ramo, y cuál fue su aportación al tan denostado Sistema Educativo.

La realidad es que la Comunidad de Madrid una vez más pone en marcha una maniobra de distracción para tapar lo que realmente es desastroso: su propia política educativa.

La Administración autonómica, acostumbrada a usar como gusta, de dosis astronómicas de cinismo, propone colocar tarimas en todas las aulas y sin embargo lleva años hurtando sistemáticamente a todos los escolares de Madrid los medios humanos, técnicos y de infraestructuras suficientes para desarrollar un trabajo de calidad en las escuelas. Busca con ello premeditada e interesadamente el deterioro de este servicio público fundamental e intenta abocar por tanto a padres y madres a buscar la salida de la educación privada y concertada para sus hijos, siendo esta oferta promovida sin tapujos por los gobiernos de derechas de los Ayuntamientos madrileños. Viendo quienes son los dueños de esas instituciones educativas no se preguntarán por qué.

Lo más divertido, o lo más triste de la estrafalaria propuesta, es que es tan absurda como imposible de llevar a cabo, ¿sabrá por qué la señora presidenta? Como imaginamos que no, se lo vamos a explicar como lo haría un niño o una niña de primaria de cualquiera de nuestros centros públicos, con naturalidad y con desparpajo. Sería algo así:

Presidenta: Os vamos a poner una tarima en la clase para que respetéis más al profesor.

Alumno de Primaria: Es imposible señora, no se puede poner la tarima.

Presidenta: ¿Por qué? Nada es imposible en nuestra Comunidad dado que somos la locomotora de España

Alumna de Primaria: Bueno, tu verás, señora, pero teniendo en cuenta que no cabemos ni los niños en las clases, si meten la tarima, entonces nos tenemos que salir nosotros porque la clase está abarrotada. Y dice mi madre que eso es por que en Madrid manda una Señora muy bruja que prefiere gastarse la suma del dinero de los impuestos de todos en cualquier cosa menos en construir escuelas en las que podamos aprender mejor y poner más profesores.

Presidenta: Niña tu no serás una liberada de algún sindicato ¿eh?

Alumna de Primaria: No, pero sí soy más de Cristiano Ronaldo.
 

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